Alejandra Salgado

¡La música nos ayuda a aprender!

Pienso que la música es un instrumento muy bueno a la hora de practicar una lengua... les propongo algunas canciones para los màs chiquitos, para que puedan escuchar y también divertirse...

La gallina turuleca

Hola Don Pepito, hola Don José

giovedì 15 marzo 2012

La traducción técnica y científica

La traducción es, y siempre fue, un elemento esencial para favorecer la transmisión y el intercambio de conocimientos, sobre todo cuando nos referimos a la traducción de los textos técnicos y científicos. Es fundamental que el traductor conozca y sepa identificar los diferentes géneros que forman parte de esta categoría, tanto en la lengua de partida como en la lengua de llegada, porque esto lo ayudará a crear traducciones que respeten, entre otras cosas, la estructura, la terminología específica y la fraseología de cada género. Amparo Hurtado Albir, en su libro “Enseñar a traducir” (Albir: 1999:145), propone una lista de estos géneros técnicos y científicos con sus respectivos ejemplos: géneros educativos (manual didáctico, artículo de revista científica divulgativa, entrada de enciclopedia técnica, etc.); documentos publicitarios (folleto publicitario, anuncio en revista especializada, etc.); documentos industriales de uso externo (manual de instrucciones, prospecto, descripción técnica,etc.); documentos de investigación científica (artículo de investigación, resumen de artículo científico, monografía científica, etc.); documentos industriales de uso interno de la empresa (plan de producción, listado de piezas, etc.) y los documentos de tipo técnico-jurídico (patente, garantía, norma técnica, etc).

A causa del lenguaje de estos tipos de textos, es indispensable que el traductor primero realice una búsqueda de material específico antes de comenzar con su trabajo, dado que las traducciones técnicas y científicas requieren, ante todo, una buena documentación terminológica. Sin duda alguna el tiempo que dedicará el traductor para hacer esto despenderá de la complejidad del texto. Este tipo de documentación implica, en primer lugar, la consulta de conceptos y términos específicos más relevantes del texto. Conocer estos últimos y el estilo del autor, permite al traductor llevar a cabo la traducción preservando el grado de especialización del texto original.

venerdì 15 luglio 2011

Historia de la traducción en España en la Edad Media

En el 1085 Alfonso VI reconquistó Toledo que había sido dominada por los árabes durante 370 años. Con este acontecimiento comenzó una convivencia entre los judíos y los árabes, que ya vivían en esa ciudad musulmana, y los mozárabes, castellanos y francos que formaban parte del ejército de Alfonso VI.

Los árabes, habían conservado, traducido y estudiado, en su expansión por el imperio bizantino, las obras más importantes de las culturas griega, persa e india, y las habían traído consigo hasta la Península Ibérica. Así, cuando los cristianos reconquistaron este territorio se encontraron frente a grandes bibliotecas, repletas de obras que el mundo occidental había perdido después de la caída del Imperio Romano.

Este nuevo ambiente cultural, a mediados del siglo XII, cumplió un rol fundamental en el nacimiento de la Escuela de Traductores de Toledo: en ella participaban grupos de estudiosos cristianos, judíos y musulmanes que trabajaban conjuntamente en la investigación y traducción de todas las obras encontradas de la cultura árabe y de la antigüedad.

Para comprender mejor la historia de esta escuela se la podría dividir en dos periodos: el primero comienza con la labor del arzobispo Raimundo (1126-1152) que llega hasta, aproximandamente, el 1252, año en el que inicia el segundo periodo con el reinado de Alfonso X el Sabio (1252-1284). Es importante destacar que, tanto para el arzobispo Raimundo como para Alfonso X, las traducciones de las obras árabes suponían, por un lado, una forma de preservar el legado cultural del mundo antiguo, y por el otro, un importante enriquecimiento cultural. Además, debemos destacar que tanto en la época raimundiana como en la alfonsí el método de traducción fue el sistema de trabajo en conjunto. Básicamente el equipo de traducción estaba formado por dos personas que conocían el castellano: “un judío conocedor del árabe y el romance y un castellano que, además de su lengua podía redactar perfectamente cualquier texto en latín”.#

Cuando hablamos de la época raimundiana podemos dividirla, a su vez, en dos etapas: la primera en donde la actividad traductora está relacionada fundamentalmente a la figura de Raimundo (se tradujeron sobre todo obras de filosofía y religión del árabe al latín.), mientras que en la segunda se destacan traductores que no trabajaron bajo la protección del arzobispo: Gerardo de Cremona, Hernán Alemán, etc.

Alrededor del 1269-1270 comienza el segundo periodo de la historia de la Escuela de Traductores de Toledo: con la llegada de Alfonso X se dio un mayor impulso a la actividad traductora y esto supuso, en consecuencia, la recopilación de una gran cantidad de obras. No sólo se tradujeron obras nuevas, sino que también se volvieron a revisar y completar las existentes: “los códices no sólo son traducidos de nuevo, sino también ayuntados, capitulados y miniados por artistas (..)”.#

Cabe destacar que en este periodo las traducciones no tenían como lengua de llegada el latín sino el castellano. El método traductor empleado se mantuvo pero se amplió ya que, a diferencia de la época raimundiana, donde un judío o un cristiano traducía la obra original en árabe oralmente al romance, ante una persona que conocía el latín, la cual redactaba, en un segundo momento, en esta lengua lo que había escuchado, en el segundo periodo las obras eran traducidas por una única persona, que conocía lenguas diferentes, cuyo trabajo era luego revisado por un enmendador.

Las primeras traducciones de carácter literario que se realizaron al castellano fueron dos colecciones de cuentos: Calila e Dimna y el Sendebar. Esta decisión de traducir directamente al castellano supuso considerar esa lengua, como afirma Ruiz Casanova, un “vehículo de cultura y no sólo como lengua de uso popular o cotidiano”.

Es interesante notar que en éste periodo que estamos estudiando, el tipo de traducción más bien podría ser considerado como una traducción- incorporación, porque en muchos casos el texto original era parcialmente traducido e incorporado en nuevas obras. Un caso ejemplar de esta situación es representada por la General Estoria de Alfonso X, donde aparecen textos de la tradición clásica y amplias secciones de la Biblia. “La técnica utilizada fue tanto la del resumen como la de la paráfrasis, y los libros sagrados fueron tomados como fuente fidedigna y y principal para la obra”.#

Las fuentes clásicas y latinas fueron, en la literatura medieval, un punto de referencia importante: en algunos casos tuvieron una función formativa o informativa; en otros, estos modelos pasaron a ser una parte más del texto original, y, es por eso que hoy podemos ver traducciones parciales dentro de obras no consideradas traducciones.

Historia de la traducción en España


Siglo XIV según Julio César Santoyo (Universidad de León)

Julio César Santoyo, catedrático de Filología Inglesa y de Traducción e Interpretación en la Universidad de León publicó en 1994 un artículo en Livius (Revista de estudios de traducción) titulado “El siglo XIV: Traducciones y reflexiones sobre la traducción” que hoy nos proponemos presentar para conocer mejor la actividad traductora en este siglo.

Santoyo comienza su reflexión subrayando que es un error pensar que el siglo XIV no sea importante en la historia de la traducción en España, sino todo lo contrario: en esta centuria se dio un cambio radical de intereses que se vio reflejado en el abandono del árabe como lengua de origen y en la descentralización de la actividad traductora que ya no dependía directamente ni de una corte ni de un patronazgo real, sino que aparecía dispersa por toda la geografía peninsular. Así, en este siglo, traducir significa fundamentalmente, trasladar del latín, francés, italiano, provenzal o griego. En consecuencia podríamos decir que este es el periodo en donde comenzó la 'europeización' cultural de la Península.

Al igual que el árabe, el hebreo quedó en la Península como área lingüística residual, ya sea como lengua origen que como lengua meta. Así, la lengua origen que se destacó durante todo el siglo XIV pasó a ser el latín, mientras que las lenguas de llegada más usadas fueron el catalán y el castellano. Cabe destacar también el aragonés que tuvo una fuerte presencia como lengua meta, sin olvidar el gallego, que en este siglo ofreció, por primera vez, un breve elenco de traducciones derivadas de textos latinos y castellanos.

Es interesante subrayar el hecho de que en el siglo XIV se llevaron a cabo traducciones entre las distintas lenguas romances de la Península: fue sobre todo en la dirección catalán > castellano que se realizaron muchísimas traducciones intrapeninsulares. De esta manera, vemos como no sólo las lenguas de origen se ampliaron sino también cómo las lenguas meta se extendieron.

Debemos destacar además que fue también en este siglo cuando se inició en España la reflexión traductora. En los siglos precedentes los traductores consideraban su trabajo sólo como una “praxis estricta de la transferencia interlingüística.” Por esa razón, como afirma Carlos Alvar "las reflexiones medievales sobre la traducción son muy escasas; y, por consiguiente, también son poco abundantes los trabajos actuales que tengan por objeto el análisis de esas reflexiones, o el resultado de las mismas. Sólo así se puede explicar la escasez de estudios dedicados a la traducción medieval, considerada desde sus distintos puntos de vista".

Para concluir, podemos afirmar que, gracias a las reflexiones de Santoyo, todo aquel que quiera estudiar la historia de la traducción en España, en el siglo XIV, podrá tener una visión más clara y precisa de esta centuria que se presenta como “un siglo de fértil transición entre la actividad traductora estrictamente medieval del XII y el XIII y las nuevas corrientes del Renacimiento que se instalan en la Península a lo largo del XV”, y no como una época marcada por el silencio.

Jean Delisle

Análisis de “La historia de la traducción: su importancia para la traductología y su enseñanza mediante un programa didáctico multimedia y multilingüe.”


Funciones históricas de la traducción

Según Delisle, la reflexión sobre la historia de la práctica de la traducción es fundamental a la hora de entender la naturaleza del trabajo del traductor. Gracias a este tipo de reflexión histórica podemos descubrir las diferentes funciones de la traducción: además de la doble función instrumental y mediadora, pueden aparecer otras, siempre en relación con el tipo de texto que se traduce, con el contexto histórico-social, etc. Entre ellas Delisle toma como ejemplo las siguientes funciones: genética, estilística, literaria, interpretativa, formadora, identitaria, paliativa y democrática.

Nuestro autor recalca que la historia de la traducción tiene que estudiarse siempre teniendo en cuenta la historia política, económica y social del período que estamos analizando.

Tareas específicas y campos de investigación

Delisle, en este apartado, describe las tareas específicas que tiene que llevar a cabo todo historiador que se ocupe de la historia de la traducción: por un lado, tiene que examinar cuidadosamente el cuándo y el por qué se tradujo un determinado texto, quién se encargó de la traducción y por qué, etc. Por otra parte, es indispensable que el historiador conozca la vida del traductor para comprender a fondo la “obra del traductor”. Recordemos que ésta, sin duda alguna, será el reflejo de su bagaje cultural.

Además el historiador tendrá que definir las diferentes maneras de traducir y proponer períodos para poder explicar y/o analizar la historia de la traducción de forma sistemática. Deberá también saber sintetizar, lo más posible, las reglas que componen el “arte de traducir”.

Luego en su trabajo, Delisle cita algunos campos de investigación que han interesado particularmente a los historiadores de la traducción, por ejemplo: La historiografía de la traducción; la historia general de la interpretación; la historia de las mujeres traductoras; la difusión de obras mediante la traducción; la historia de una escuela de traducción e interpretación; el estudio sociocrítico de la traducción; etc.

Nuestro autor destaca además la importancia de la figura del histórico de la traducción porque forma parte de la “génesis del pensamiento teórico”. Afirma que los teóricos modernos están tratando de darle una dimensión histórica a la teorización de la práctica de la traducción ya que, hasta ahora, ha quedado “atrapada” en su empirismo y, en consecuencia, no ha podido ser enmarcada en un contexto histórico bien preciso. Para Delisle la historia de la traducción es fundamental ya que permite a la traductología “poner en perspectiva las nociones teóricas, presentarlas en todas sus dimensiones, situándolas dentro de un contexto más amplio que el delimitado por esta o aquella aproximación teórica”,# dando la posibilidad al estudioso de re-contextualizar tanto las obras originales como las traducidas. Esto lo ayuda a no tomar posiciones dogmáticas y a evitar caer en cualquier tipo de prejuicio. Además, como afirma Delisle, “la exploración histórica facilita la conceptualización del campo traductológico y la clarificación de los hechos relacionados con la traducción y su práctica.” #

Según Delisle, el aporte más importante de la historia de la traducción a los estudios traductológicos es que a través de ésta podemos comprender que cualquier manera de traducir es siempre relativa, y que cuando estudiamos una determinada traducción tenemos que tener en claro, en primer lugar, quién traduce, para quién, cuándo, dónde y por qué, y no las simples equivalencias lingüísticas.

Objetivos de aprendizaje

Para finalizar su trabajo, Delisle nos describe algunos de los objetivos de aprendizaje que cualquier curso de introducción a la historia de la traducción se tiene que proponer. Entre ellos destacamos: dar una idea general de la traducción en Oriente y Occidente; presentar algunas de las figuras que marcaron la historia de la traducción en diferentes épocas; presentar autores junto con sus respectivas concepciones de la traducción, destacar la importancia de los traductores en la afirmación de las lenguas y literaturas nacionales; asimilar las nociones más destacadas del metalenguaje de la historia de la traducción , etc.

Luego, nuestro autor pasa a explicarnos un programa didáctico en particular realizado en 2003, llamado DIDAK : es un CD-ROM que, al mismo tiempo, es una base de datos y una herramienta pedagógica. El contenido aparece principalmente tanto en inglés como en francés y, con el paso del tiempo, están ocupando mayor espacio el español y el alemán. En el CD-ROM aparecen sugerencias de trabajos prácticos para los estudiantes, un plan de curso, diapositivas sobre diferentes períodos de la historia de la traducción, libros completos, resúmenes, tesis, artículos, traducciones, glosarios, citas sobre la traducción y su historia, preguntas que permiten la autoevaluación y la autocorrección, etc. Gracias a este programa, además podemos hacer búsquedas en todos los módulos, imprimir los documentos que más nos interesen, y conectarnos a internet a través de un acceso directo.

Delisle concluye su trabajo con sugerencias para sus estudiantes de la Universidad de Ottawa, con respecto al uso de este programa: por un lado aconseja consultarlo antes de cada lección porque guía el estudio a través de diferentes lecturas indicadas por cada tema específico. Por el otro, recomienda usarlo después de cada lección para que los estudiantes respondan a las preguntas de evaluación que se encuentran en el módulo “Tests” y/o para que vuelvan a consultar las diapositivas que se usaron en clase para explicar un determinado tema.

Un aspecto importante del uso del CD-ROM en clase es que los estudiantes se sienten motivados porque saben que, si realizan buenos trabajos, éstos podrán llegar a formar parte de la nueva versión del CD-ROM. De esta manera, el alumno se siente motivado y, seguramente, sentirá que su trabajo puede ser útil para los demás.

Análisis de su “Teoría del Traductor” en “Correcciones a la Traducción del Infierno del Dante” (1891- 1897)

Bartolomé Mitre (1821- 1906) nació en Buenos Aires, fue diputado nacional, gobernador provincial y presidente de la República Argentina (1862-1868). Se destacó además en las letras, como historiador, narrador, poeta, periodista, editorialista y traductor. Trabajó en varios periódicos: para El Progreso de Buenos Aires, La Época de Bolivia y para otros diarios de Valparaíso y Santiago, Chile. Además fundó Los Debates y el diario La Nación en Buenos Aires.

En el ámbito literario se ocupó del género narrativo (“Ecos de mi ira”, 1838; “Soledad”, 1847; “Memorias de un botón de rosa”, 1848) y realizó trabajos como historiador (“Historia de Belgrano y la independencia argentina”, cuarta edición publicada en 1887; “Historia de San Martín” , publicada en 1887, 1888 y 1890).

Como traductor se ocupó de traducir, para la representación escénica, Ruy Blas de Víctor Hugo (1841); luego incluyó en la tercera edición de su obra “Rimas” traducciones de poemas de Grey, Longfellow, Byron y Bérager. Cabe señalar también la traducción de las Odas de Horacio (las “Horacianas”) en 1900. Pero su trabajo más importante es el que hizo con la traducción de La Divina Comedia, de Dante Alighieri: en 1889 publicó las cuatro Cartas del Infierno y en 1891 los cien cantos. “Relatos apócrifos describen a Mitre trabajando la versión de Dante en los intermedios de las batallas. De ser cierta la historia reflejaría el extraño arte de conciliar la violencia de la realidad con el rostro de un hombre velado por su exuberante biografía.”#


2. Traducción de la Divina Comedia:

A continuación les proponemos un análisis detallado del Prefacio que realizó Bartolomé Mitre para la publicación de su traducción de La Divina Comedia (1891- 1897).

(fuente: http://es.wikisource.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_traductor)

“Una traducción -cuando buena- es a su original lo que un cuadro copiado de la naturaleza animada, en que el pintor, por medio del artificio de las tintas de su paleta, procura darle el colorido de la vida, ya que no le es posible imprimirle su movimiento. Cuando es mala, equivale a trocar en asador una espada de Toledo, según la expresión fabulista, auque se le ponga empuñadura de oro.”

Bartolomé Mitre comienza su argumentación haciendo una distinción entre lo que para él es una traducción buena y una traducción mala. Esto lo hace a través de dos imágenes muy claras: la traducción “buena” la identifica con un cuadro en el que el pintor, no pudiendo representar la vida en movimiento, al menos le da el color con la que ésta se nos presenta. En el caso de las traducciones “malas” las equipara a “ trocar en asador una espada de Toledo (...) aunque se le ponga empuñadura de oro”, o sea, cambiar algo precioso por algo que no lo es.

Luego continua el prólogo afirmando:

Las obras maestras de los grandes escritores -y sobre todo, las poéticas- deben traducirse al pie de la letra para que sean al menos un reflejo (directo) del original, y no una bella infidel, como se ha dicho de algunas versiones bellamente ataviadas, que las disfrazan. Son textos Bíblicos, que han entrado en la circulación universal como la buena moneda, con su cuño y con su ley, y constituyen, por su forma y por su fondo, elementos esenciales incorporados al intelecto y la conciencia humana. Por eso decía Chateaubriand, a propósito de su traducción en prosa de Paraíso Perdido de Milton, que las mejores traducciones de los textos consagrados son las interlineales.”

Aquí vemos que nuestro autor se muestra a favor de la traducción literal cuando se trata de traducir a los grandes escritores y, afirma que “deben traducirse al pie de la letra para que sean al menos un reflejo (directo) del original, y no una bella infidel (...)”. Es interesante notar esta última parte de la frase, en la que aparece el concepto de “bella infidel”, porque muestra que nuestro autor tenía en cuenta lo que sucedía en el ámbito de la traducción (sabemos que con la denominación “belles infidèles” se entendía la afirmación del gusto francés a la hora de traducir en Europa en el siglo XVII).

Luego, Bartolomé Mitre afirma que las obras maestras son “textos bíblicos”, por lo tanto, se da a entender que requieren un respeto aún mayor respecto al resto de los textos. Además se afirma que, como tales, se han convertido en “elementos esenciales incorporados al intelecto y la conciencia humana”.

Mitre además está convencido de que querer mejorar una obra maestra o ampliarla o reducirla “hasta no presentar sino su esqueleto”, o dejarse llevar por la literalidad “sin reproducir su movimiento rítmico”, o hasta inclusive no llegar a interpretarlo, hace que falsifiquemos o mutilemos la obra “sin proyectar siquiera su sombra”.

Según Mitre, “cuando se trata de transportar a otra lengua uno de esos textos que el mundo sabe de memoria”, es necesario que el traductor lleve a cabo su trabajo “al compás de la música” que inspiró el original. Nuestro autor identifica así al traductor como un ejecutante, “que interpreta en su instrumento limitado las creaciones armónicas de los grandes maestros”. De esta manera, el traductor sólo puede aportar su interpretación al texto, a través de “la pauta que dirige su mano” y con su pensamiento “que gobierna su inteligencia”.

“Son condiciones esenciales de toda traducción fiel en verso -por lo que respecta al proceder mecánico- tomar por base de la estructura el corte de la estrofa en que la obra está tallada; ceñirse a la misma cantidad de versos, y encerrar dentro de sus líneas precisas las imágenes con todo su relieve, con claridad las ideas, y con toda su gracia prístina los conceptos; adoptar un metro idéntico o análogo por el número y acentuación, como cuando el instrumento acompaña la voz humana en su medida, y no omitir la inclusión de todas las palabras esenciales que imprimen su sello al texto, y que son, en los idiomas, lo que los equivalentes en química y geometría.”



En este caso, pasa a enumerar las condiciones esenciales que debe cumplir toda traducción en verso para ser considerada fiel: respetar la estructura de la estrofa; usar la misma cantidad de versos y poder en ellos reflejar las imágenes que aparecen en el original, y las ideas y conceptos de manera clara; y, finalmente, no omitir las palabras esenciales que “imprimen su sello al texto”.

Cuando se refiere a la prosa (ordenación literaria), establece que hay que darles “a los vuelos iniciales toda su amplitud o limitarlos correctamente con la ordenación originaria”; dar a la frase “un movimiento propio y al estilo su espontánea simplicidad o la cualidad característica que lo distinga”; y que cuando se tenga que complementar una frase, se haga respetando “los límites de la idea matriz”.

Nuestro autor luego considera que el traductor, siendo intérprete de la obra que traduce, debe colmarse del espíritu del texto, tal como lo hace un artista. Según Mitre, sólo a través de este método riguroso que acabamos de esbozar, la traducción puede acercarse “a la fuente primitiva de que brotara la inspiración madre, del autor”.

En el caso particular de La Divina Comedia, según nuestro autor, la tarea resulta mucho más difícil porque “fue pensada y escrita en un dialecto tosco”, una lengua que aún no había sido “pulida”. Además, es consciente de que la originalidad y el encanto de esa obra (el hecho de que Dante haya elaborado al mismo tiempo la obra y el lenguaje con el que la realizó) es a la vez la dificultad “con que tropieza el traductor”.

Luego, para mostrarnos la dificultad que existe cuando se traduce la lengua de Dante a sus lenguas “hermanas”, afirma: “se han modificado y pulido de tal manera [las lenguas hermanas] que traducir hoy a ellas La Divina Comedia es lo mismo que vestir un bronce antiguo con ropaje moderno; es como borrar de un cuadro de Rembrandt los toques fuertes que contrastan las luces y las sombras, o en una estatua de Miguel Ángel limar los golpes enérgicos del cincel que la acentúan”. De esta manera, Mitre asegura que con la traducción de la obra de Dante se da inevitablemente una pérdida “en fuerza, en frescura y colorido.” Para hacer frente a este problema, entonces, propone hacer “una traducción fiel y una interpretación racional” que acerque lo más posible la traducción al original, “y que refleje, aunque sea pálidamente, sus luces y sus sombras” a través de las palabras, consideradas éstas últimas como “tintas en la paleta de los idiomas”.

Mitre recuerda el trabajo realizado por Emilio Littré (lingüista, filólogo, traductor francés), por un lado, porque lo considera como “la única traducción del Dante que se acerque al original” dado que “se propuso traducir La Divina Comedia en el lenguaje contemporáneo del Dante”; por el otro, porque se propone tomar este modelo para llevar a cabo su propia traducción. Así toma como referencia “el habla de los poetas castellanos del siglo XV” porque piensa que tal vez sea esa la única manera de poder acercarse al texto original:

“Según este método de interpretación retrospectiva, me ha parecido que una versión castellana calcada sobre el habla de los poetas castellanos del siglo XV -para tomar un término medio correlativo-, como Juan de Mena, Manrique o el marqués de Santillana, cuando la lengua romance, libre de sus primeras ataduras, empezó a fijarse, marcando la transición entre el período ante-clásico y el clásico de la literatura española, sería quizá la mejor traducción que pudiera hacerse, por su estructura y su fisonomía idiomática, acercándose más al tipo del original.”

Además, asegura que el castellano, a diferencia del “viejo francés”, se asemeja mucho más al italiano antiguo y moderno. Por lo tanto, “puede reproducir en su compás la melopea dantesca, con sus sonidos llenos y su combinación métrica de sílabas hasta cierto punto largas y breves, como en el latín de que ambos derivan.”

Luego, para explicar la teoría que lo ha guiado en la traducción de La Divina Comedia, pasa a hacer una descripción de cómo ha realizado su trabajo. De esta manera, nos asegura que ha tratado de respetar la estructura métrica (“estrofa por estrofa y verso por verso”) , sin hacer omisiones y “cuidando de conservar al estilo su espontánea sencillez, a la par de su nota tónica y su carácter propio.” Y afirma que para acercar la traducción al original le ha dado “un ligero tinte arcaico”, además de haber introducido términos y modismos anticuados para “darle cierto aspecto nativo”.

Mitre confiesa que desde siempre había querido traducir La Divina Comedia, pero el hecho de considerarlo un texto “intraductible en toda su intención” le impedía comenzar con esta tarea. El pensaba que las obras clásicas de este tipo de género debían adaptarse a todas las lenguas, del mismo modo que lo hacían las “plantas útiles o bellas en todas las latitudines del globo”. Por esta razón, La Divina Comedia no tenía que “faltar en ninguna lengua del mundo cristiano”, y mucho menos en la castellana, porque junto a la inglesa, prevalecería en el continente. Esto explica en parte, según Mitre, la razón por la cual decidió dedicarse a la traducción de esta obra, manifestando que, por si sola, no justificaría su trabajo " si existiese en castellano alguna traducción que reflejase siquiera débilmente las inspiraciones del gran poeta”.

Después de haber conocido una versión al castellano atribuida a Pezuela (el conde Cheste) se convenció mucho más de que tenía que realizar, “con todas sus fuerzas”, ese trabajo de traducción que “verdaderamente faltaba en castellano”. Agrega, además que esa versión, mismo en España, era considerada “inarmónica como obra métrica, enrevesada por su fraseo y bastarda por su lenguaje” . Mitre asegura, inclusive, que se trata de “una versión contrahecha (...) cuya lectura es ingrata”.

“Cuando por primera vez me ensayé por vía de solaz en la traducción de algunos cantos del Infierno del Dante, con el objeto de pagar una deuda de honor a la Academia de los Arcades de Roma, no conocía sino de mala fama la versión en verso castellano del general Pezuela, más conocido con el glorioso título del conde Cheste. Después, vino por acaso a mis manos este libro. Su lectura me alentó a completar mi trabajo, con el objeto de propender, en la medida de mis fuerzas, a la labor de una traducción que verdaderamente falta en castellano. (...) El único poeta español moderno que pudiera haber emprendido con éxito la traducción del Dante, es Núñez de Arce. En su poema La selva oscura ha mostrado hallarse penetrado de su genio poético, pero tan sólo se ha limitado a imitarlo fantásticamente. Es lástima; pues queda siempre este vacío en la literatura castellana, que la traducción de Pezuela no ha llenado.”

Mitre se distancia de la traducción de Pezuela afirmando que su trabajo ha seguido otro plan y otro objetivo, al punto tal que se podría decir, comparando ambas versiones, “que los traductores han tenido a la vista diversos modelos”. Según Mitre esto podría explicarse gracias a la diferencia “del punto de vista o del temperamento literario de cada uno”.

Luego continúa su prólogo afirmando que creyó necesario agregar a su trabajo “un comentario que ilustrase su teoría”. Por eso nacieron las anotaciones complementarias que él clasifica en tres géneros: “1º Notas justificativas de la traducción, en puntos literarios que pudieran ser materia de duda o controversia. 2º Notas filológicas y gramaticales con relación la traducción misma. 3º Notas ilustrativas respecto de la interpretación del texto adoptado en la traducción”.

Para que podamos entender la importancia y necesidad de los comentarios, en una obra tan compleja, nos cuenta que ya sólo veinte años después de la primera edición de la ópera de Dante el texto “era casi ininteligible aun para los mismos florentinos”, y cita el primer comentario de La Divina Comedia realizado por Boccacio.

Antes de terminar el prólogo, confiesa que cuando se ha alejado de la interpretación “de los comentadores italianos más acreditados” ha dado sus razones:

“Si alguna vez me pongo en contradicción con las lecciones de los comentadores italianos del Dante, que con tanta penetración han ilustrado el texto en muchas partes oscuras de La Divina Comedia, es tributando el homenaje a su paciente labor debido, pues con frecuencia me han alumbrado en medio de las tinieblas dantescas que los siglos han ido aclarando o condensando.”

Nuestro autor confiesa, antes de terminar el Prólogo, que espera que su trabajo pueda servir para traducciones futuras y declara: “El objetivo que me he marcado es más fácil de señalar que de alcanzar; pero pienso que él debe ser el punto de mira de todo traductor concienzudo, así como de todos los extraños a la lengua italiana, que se apliquen con amor a la lectura del Dante (...)”.

Concluye finalmente el texto, elogiando al autor de La Divina Comedia porque lo considera “el pasto moral de la conciencia humana en sus ideales”.



3. Reflexiones

En el prólogo para la traducción de La Divina Comedia, escrito por Bartolomé Mitre, nos encontramos con un trabajo sistemático que tiene como objetivo presentar no sólo el motivo de su labor sino también mostrar su concepción de la traducción y su método de trabajo.

Nuestro autor no sólo hace referencia a los temas recurrentes cuando se habla de la tarea de traducción (traducción libre vs traducción literal; traducción “buena” vs traducción “mala”; el respeto del estilo del texto original que tiene que reflejarse en el texto de llegada; la pérdida inevitable en el proceso de traducción; la diferencia entre la traducción en prosa respecto a la traducción en verso; la tarea del traductor, etc.) sino que además se muestra como un espíritu crítico que conoce las traducciones precedentes de la Divina Comedia y se propone realizar una versión nueva que a su vez pueda servir para traducciones futuras. Por esta razón, en su trabajo, es importante el uso que hace de los comentarios porque estos le permiten ilustrar claramente su teoría y su método de traductor, pero que sobre todo reflejan, por un lado, su voluntad de querer ser fiel al texto a través de un método riguroso y, por el otro, la importancia de la figura del traductor: éste cumple una acción fundamental en el proceso traductológico, es decir, la de interpretar: a través de su pensamiento tiene que ser capaz de encontrar un equilibrio entre el ser fiel al texto de origen y a su estilo y, al mismo tiempo, saber adaptar el texto original para el público de llegada.

4. Bibliografìa

Importancia de la Nueva Gramática de la Lengua Española


Gracias a la colaboración de las 22 academias de la lengua española, que hoy aparecen deseminadas por todo el mundo, podemos contar con un material indispensable para conocer con mayor profundidad la lengua española y la cultura que la rodea.

Esta obra tiene la ventaja de ser , al mismo tiempo, colectiva y policéntrica: por un lado es el fruto del trabajo en común de las 22 academias, por el otro refleja el uso de la lengua de todos los hispanohablantes. Cabe destacar que, por primera vez, se explican y estudian con rigor científico las variedades del español americano.

La Nueva gramática de la Lengua Española es descriptiva y prescriptiva ya que, por un lado, nos explica cómo funciona la lengua pero, además, nos recomienda usos frente a otros teniendo siempre en cuenta la variante histórica, geográfica, social y cultural para que el lector no pierda de vista la diversidad que existe en la lengua española.

La Nueva gramática está dividida en tres tomos: los dos primeros, morfología y sintaxis, ya están a la venta pero el tercero , dedicado a la fonética, aún no se ha publicado. Este vendrá acompañado de un cd con el cual se podrán conocer estudios sonoros y escuchar los acentos y cadencias de los hispanohablantes de todo el mundo.

Ignacio Bosque fue el especialista encargado de coordinar el trabajo: durante muchísimo tiempo, 11 años, recogió las distintas iniciativas de las 22 academias, redactó borradores que hizo circular en estas y consultó a diferentes expertos y académicos. Para Bosque esta gramática es un retrato de la lengua, un mapa que refleja lo que acomuna y diferencia a los hispanohablantes y declara: “En un sentido es una descripción de nosotros mismos, un patrimonio individual. La gramática es lo se necesita para juntar los ladrillos (las palabras) y construir el edificio de la lengua: morfología, sintaxis y fonética".

martedì 1 giugno 2010

AntConc... herramienta ùtil para el traductor

AntConc (3.2.1)

AntConc es un software que nos permite realizar glosarios y observar palabras o grupos de palabras en un contexto determinado.
El usuario , antes que nada, tiene que crear un corpus lingüístico con documentos en formato .txt. De esta manera se crea una base de datos que AntConc usará más tarde para realizar la búsqueda de una palabra. El software llevará a cabo la búsqueda del término deseado y mostrará , en la pantalla del ordenador, todos los resultados posibles: concordancias y expresiones que se relacionen de alguna manera con el término que nos interesa.
Este software es una herramienta muy útil ya que permite ahorrar tiempo al traductor: este último no necesitará buscar, documento por documento, la palabra que le sirve, sòlo será suficiente realizar la búsqueda en la base de datos de AntConc.
Es importante tener en cuenta que si queremos analizar fuentes en formato .pdf o .doc, primero tenemos que transformar los archivos en .txt.
AntConc está compuesto por varias herramientas pero las más importantes son: WordList (permite crear una lista de palabras a apartir de otros textos que ya fueron seleccionados) y Concordance (aplicación de concordancias).
Concordance produce concordancias o listas de aparición de una palabra determinada acompañada del texto que la rodea.
La concordancia más común es "palabra clave en contexto". Esta opción nos permite analizar los patrones lingüísticos que aparecen con una determinada frecuencia en el corpus que estamos estudiando. Asì, podemos ver la palabra en un contexto real y analizar mejor su uso.

A través de este link puedes descargar AntConc:http://www.antlab.sci.waseda.ac.jp/antconc_index.html

Más conceptos útiles...

Traducción automática

Es la tecnología que permite traducir textos de una lengua a otra, a través de un programa informático.
Los sitios que se ocupan de traducción automática son Google, Reverso, WordLingo, entre otros.

Traducción asistida (por un humano)

El traductor se ocupa de la corrección del texto que ya ha sido traducido con un traductor automático concentrándose, por ejemplo, en los posibles errores que haya podido cometer el programa informático al traducir términos polisémicos.

Traducción asistida (por ordenador)

El trabajo del traductor se facilita gracias a los ordenadores que les ofrecen memorias de traducción, bases de datos, etc.
Los programas de traducción asistida por ordenador que se destacan son OmegaT, Trados, Déjà-Vu, Wordfast.

Memorias de traducción


Es el recurso que se ocupa de la memorización de textos traducidos con un determinado programa de traducción (por ejemplo OmegaT).
Cuando el traductor se encuentra ante un término o segmento de texto que ya fue traducido, por ejemplo con OmegaT), aparecerá en el monitor de su computadora la respectiva traducción que ha realizado en otro texto. De esta manera, el traductor puede ver si la traducción hecha en el pasado se adapta o no al texto en el que está trabajando.
Los programas más conocidos que trabajan con la memoria de traducción son OmegaT, Trados, Déjà-Vu, etc.

Alineación

Consiste en comparar dos textos de un corpus haciendo coincidir cada fragmento con su respectiva traducción. Esto sirve como base para crear memorias de traducción. Básicamente, el proceso para alinear textos es el siguiente:
  • se eligen dos archivos y se especifica sus respectivos formatos y lenguas.
  • el programa informático alineará automáticamente los textos en segmentos pero siempre es necesaria la revisión final del traductor.
  • cuando ya tenemos alineado el texto podemos guardarlo en formato .txt o en .tmx. Este último nos permite exportar el archivo a otros programas de memorias de traducción. La ventaja del formato .tmx es que si quiero puedo compartir mis corporas alineados con cualquier otra persona que tenga una memoria de traducción.

Déjàvu, SDLX, entre otros, nos permiten llevar a cabo una alineación.

Concordancia

Son los resultados que nos da el software cuando buscamos una palabra en un determindao contexto.

martedì 25 maggio 2010

Nociones centrales del análisis traductológico

A continuación les presentaremos las nociones centrales del análisis traductológico que aparecen en el capítulo V del libro "Traducción y Traductología" de A. Hurtado Albir.
Los términos serán explicados en forma sintética para que puedan ser entendidos fácilmente; además nuestro objetivo, presentando las nociones de esta manera, es dar una idea general al lector para que luego éste pueda realizar un estudio aprofundizado de las nociones que más le interesen.

Equivalencia traductora:"(...) define la existencia de un vínculo entre la traducción y el texto original; (...) se establece siempre en función de la situación comunicativa (...) y el contexto sociohistórico en que se desarrolla el acto traductor y (...) tiene un carácter relativo, funcional y dinámico."

Unidad de traducción:es una unidad comunicativa que "tiene una ubicación textual, una compleja imbrincación y una estructuración variable. Existen macrounidades, unidades intermedias y microunidades."

Invariable traductora: esta noción se refiere a "la naturaleza del vínculo entre la traducción y el texto original; tiene un carácter no verbal, contextual, funcional y dinámico." Esta invariable "es el resultado del proceso de comprensión y el punto de partida de la reformulación."
Es importante recordar que "el modo traductor impone unos condicionamientos específicos en la reexpresión de la invariable traductora que introducen modificaciones (...) según la modalidad de traducción de que se trate."
No olvidemos la importancia de la finalidad de la traducción también en la reexpresión de la invariable traductora.

Método traductor: es "la manera en que el traductor se enfrenta al conjunto del texto original y desarrolla el proceso traductor según determinados principios." Estos últimos estarán relacionados con el objetivo del traductor y responderán a una opción global que implica todo el texto en su conjunto. "Los métodos cambian en función del contexto y de la finalidad de la traducción."

Cuatro métodos traductores básicos:

  • Método interpretativo-comunicativo: " se centra en la comprensión y reexpresión del sentido del texto original conservando la traducción la misma finalidad que el original y produciendo el mismo efecto en el destinatario."
  • Método literal: "El objetivo (...) no es que la traducción cumpla la misma finalidad que el original, sino reproducir el sistema lingüístico de partida o la forma del texto original."
  • Método libre: comprende la adaptación o la versión libre. Este método "no persigue transmitir el mismo sentido que el texto original aunque mantiene funciones similares y la misma información."
  • Método filológico: en este caso "el original se convierte en objeto de estudio".


Técnica de traducción: a diferencia del método traductor que afecta a todo el texto, la técnica de traducción "es la aplicación concreta visible en el resultado, que afecta a zonas menores del texto." Sirve para "conseguir la equivalencia traductora a microunidades textuales." El uso de una técnica u otra depende siempre del "tipo textual, la modalidad de traducción, la finalidad de la traducción y el método elegido."
Principales técnicas de traducción: adaptación; ampliación lingüística; amplificación; calco; compensación; comprensión lingüística; creación discursiva; descripción; elisión; equivalente acuñado; generalización; modulación; particularización; préstamo (puro o naturalizado); sustitución; traducción literal; transposición; variación.

Estrategia traductora: son los "procedimientos individuales, conscientes y no conscientes, verbales y no verbales, internos (...) y externos utilizados por el traductor para resolver los problemas encontrados en el proceso traductor y mejorar su eficacia en función de sus necesidades específicas."
Es importante destacar que la competencia estratégica ocupa un rol muy importante dentro de las subcompetencias que forman parte de la competencia traductora, "ya que sirve para subsanar errores, compensar deficiencias en las otras subcompetencias, etc."

Problemas de traducción:"dificultades de carácter objetivo con que puede encontrarse el traductor a la hora de realizar una tarea de traducción".
La resolución de problemas exige un proceso con fases definidas (Sternberg):
  • identificación del problema;
  • definición y representación del problema;
  • formulación de una estrategia que nos permita resolverlo;
  • organización de la información para aplicar la estrategia;
  • distribución de recursos;
  • supervisión del proceso;
  • evaluación de la solución.

Clasificación de problemas de traducción en cuatro categorías: lingüísticos, extralingüísticos, instrumentales y pragmáticos.

Error de traducción:en líneas generales es "una equivalencia inadecuada para la tarea traductora encomendada."
Errores de traducción según Delisle:

  • falso sentido
  • contrasentido
  • sin sentido
  • adición
  • omisión
  • hipertraducción
  • subtraducción

Recordar la
importancia del contexto y la finalidad de nuestra traducción cuando analizamos los errores, porque de ésto dependerá nuestro parámetro para reconocer los errores.

Causas del error según Séguinot:

  • capacidad humana de procesamiento cognitivo limitada.
  • cuando no se dedica el tiempo suficiente para las decisiones sobre problemas de traducción recurrentes.
  • el acceso al conocimiento no siempre es el mismo para todos; además los indiviuduos poseen conceptos que pueden ser similares pero no idénticos.
  • aspectos que se relacionan a la producción (material) de la traducción: escrita a mano, en formato digital. Esta causa se relaciona con el nivel de atención del traductor.
Cabe destacar también otros factores como las "limitaciones de tiempo, efectuar otras tareas al mismo tiempo (...), etc.

"el error hay que valorarlo siempre en el contexto traductor en que se produce, teniendo en cuenta la finalidad de la traducción y el método elegido, la incidencia del error en el conjunto del texto y el efecto que éste produce."

Tipos de errores:

  • Errores relacionados con el texto original (errores de sentido) y errores relacionados con el texto de llegada (coherencia, cohesió, ortografía, etc.).
  • Errores funcionales (transgresión de aspectos funcionales del proyecto de traducción) y errores absolutos (transgresión injustificada de las reglas culturales lingüísticas o de uso de la lengua de llegada). Recordar que "un error absoluto puede no ser error en determinado contexto traductor".
  • Errores en el resultado de la traducción y errores en el desarrollo del proceso.

Cuando nos referimos a la competencia del traductor los errores pueden deberse a:

  • falta de conocimientos lingüísticos o extralingüísticos;
  • problemas relacionados con la competencia de transferencia;
  • falta de aplicación de estrategias para resolver problemas;
  • competencia instrumental insuficiente (problemas con el uso de herramientas informáticas, o con la documentación necesaria para el desarrollo de la traducción

giovedì 20 maggio 2010

Modalidades de traducción

Ahora vamos a dedicarnos al tema de las modalidades de traducción, que aparece en el capítulo II de Traducción y Traductología (A.Hurtado Albir), y que en las entradas anteriores hemos empezado a estudiar.

Principales modalidades de traducción:

  • Traducción escrita
  • Traducción a la vista
  • Interpretación simultánea
  • Interpretación consecutiva
  • Interpretación de enlace
  • Susurrado
  • Doblaje
  • Voces superpuestas
  • Subtitulación
  • Traducción de programas informáticos
  • Traducción de productos informáticos multimedia
  • Traducción de canciones
  • Supratitulación musical
  • Traducciòn icónico-gráfica

"Existen también otras modalidades que podríamos denominar cruzadas, ya que se produce solapamiento de los rasgos de algunas de las principales". Debemos recordar que "pueden producirse cambios de modalidad en un mismo acto traductor." Además, "en algunas ocaciones , los cambios de modalidad se producen por la finalidad traductora."


Modo traductor y principales modalidades de traducción


Modo traductor Simple: traducción escrita, interpretación simultánea, interpretación de enlace, susurrado.

Modo traductor Complejo: traducción a la vista, interpretación consecutiva.

Modo traductor Subordinado simple: voces superpuestas, doblaje, traducción de canciones para ser cantadas, traducción de programas informáticos, traducción de productos informáticos multimedia.

Modo traductor Subordinado complejo: subtitulación supratitulación musical, traducción de productos informáticos miltimedia.

Traducción condicionada o subordinada: "variedades de traducción que se ejercen con textos en los que confluyen medios diferentes." La traducción se ve condicionada por otros códigos y no sólo el lingüístico.

Traducción multimedia: abarca "las modalidades de traducción cuyos textos originales tienen como mínimo dos códigos diferentes y participan de las nuevas tecnologías; incluye la traducción audiovisual (...), la traducción de programas informáticos y la de productos informáticos multimedia."